A continuación me complace colgaros este post de Jose, un inversor bursátil con mucho(s) futuro(s):
Hace pocos días mi amigo Xavi me dijo que estaría bien que escribiera un breve artículo de inversión en bolsa para el blog. Le dije que no sabía prácticamente nada, pero igualmente me reiteró su interés. Y como he creído que era necesario corresponder a tal muestra de atención, allá voy.
En primer lugar, como he dicho que iba a hablar de inversiones, estaría bien diferenciar entre inversión y especulación, ya que para algunos autores no existe ninguna diferencia. Personalmente yo creo a los que dicen que sí la hay, y cito a uno de ellos, Benjamin Graham, en su libro “El Inversor Inteligente”:
“Una operación de inversión es aquella que, después de realizar un análsis exhaustivo, promete la seguridad del principal y un adecuado rendimiento. Las operaciones que no satisfacen estos requisitos son especulativas”.
Según esta definición, los periódicos económicos nos suelen hablar cada día sobre especulaciones, no sobre inversiones. Warren Buffet dijo que cuando él compra acciones a largo plazo, no está pensando en si el mes que viene van a subir los tipos de interés, o si el mercado lleva una tendencia alcista o no. A mi me parece muy curioso cuando al final del día siempre se busca una justificación que explique la subida o bajada de la bolsa. Que si los tipos de interés en China van a subir, que si se ha bajado el rating a Hungría, etc. Creo que si intentas seguir este ritmo te puedes volver un poco loco.
Si decidís comprar acciones de una gran empresa, financieramente sólida, que durante un largo período de tiempo muestra una tendencia creciente en sus beneficios, que vende productos o servicios presentes en la mente de los consumidores, y pensáis mantener sus acciones por un tiempo, ¿os importa demasiado que el mes que viene le bajen el rating a Caja Cancún?
Pues una vez aclarado esto, vamos al meollo del asunto, lo que más interesa a la gente. ¿Se puede ganar dinero invirtiendo en bolsa, y es más, tener un rendimiento satisfactorio?
Algunos grandes de esto, como Ben Graham, Warren Buffet o Phil Fisher han dicho que sí. Lo que hay que hacer es algo que parece sencillo pero a la vez es complicado. Es tener la paciencia, disciplina y personalidad para comprar empresas adecuadas en el momento adecuado. Como decía Buffet: “sed temerosos cuando los demás son codiciosos, y codiciosos cuando los demás son temerosos”. Vamos a ver un ejemplo muy clásico: Coca-Cola.
Probablemente nadie dudará que Coca-Cola es una gran empresa y que tiene un negocio excelente. Una gran empresa en la que podemos invertir el dinero aparentemente con seguridad, por su solidez financiera, sus altos retornos sobre el capital y su capacidad para vender más e incrementar su beneficio año tras año.
Pues bien, si hubiéramos comprado 1.000$ de Coca cola en abril de 1998, hoy tendríamos, excluyendo dividendos… 760$. ¡Ou yeah! Y eso que es uno de los mejores negocios del mundo. En cambio, si hubiéramos comprado en enero del 2009, esos 1.000 dólares serían hoy… 1.480$ (un 50% más aproximadamente). En el primer caso habríamos comprado cuando todo el mundo es codicioso, en el segundo, cuando todo el mundo es temeroso. Es así de fácil y así de difícil. Tener paciencia, ser disciplinado y mantenerse al margen cuando la bolsa está por las nubes y todo el mundo compra, y comprar “buenas empresas” cuando el pánico irracional de los seres humanos las pone a precio de saldo. Esta historia se repite cada pocos años, así que es cuestión de tener la escopeta cargada para entonces. El cómo determinar si una empresa está más o menos cara o más o menos barata es otro asunto que no vamos a tratar en este artículo : ).
Así que ya sabéis. Si os consideráis personas disciplinadas, con sentido común y con algunos ahorrillos, quizás os valga la pena leer algún libro de inversión en bolsa. Por el contrario, si el dinero os quema en las manos o tenéis una enorme aversión al riesgo, mejor que tiréis a depósitios bancarios, deuda pública o similar.
Por último, me gustaría terminar este post con una información sobre Apple que vi hace pocos días en la web financiera http://www.gurusblog.com/. Decía que en ocasiones comprar acciones de una empresa nos puede resultar más satisfactorio que sus productos. Un ejemplo:
Comprarse un futurista PowerBook G3 250 (3500) de Apple a finales de 1997 costaba 5.700 dólares. Si ese mismo dinero lo hubiéramos destinado a acciones de Apple, hoy tendríamos más de 330.000 dólares. ¿No está mal, no? A esto le llaman “la magia del interés compuesto”.
Su post es importante y completamente pertinente para novicios que como mí desean lanzarse a la Bolsa pero que tienen miedo dejar allí plumas. ¡ Sra he aquí tranquilizado, gracias!
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