En Finlandia la ultraderecha consigue un gran éxito en las elecciones y se suma a la lista de países en los que ya están presentes (y creciendo) los radicales: Holanda, Austria, Francia, Dinamarca...
En España, la parte positiva es que los ultraderechistas son un tanto inútiles en su discurso y actos y siguen con simbología arcaica. La parte negativa es que los otros políticos se esfuerzan en parecer igual de inútiles.
Zapatero se va a China a pedir dinero. Dejemos de lado si lo podría haber hecho un poco antes, ya que la crisis no empezó ayer. Se va a ver a unos señores que incumplen sistemáticamente los derechos humanos y la libertad de expresión. Pero bueno, no dice nada de ello ya que: tienen dinero; son los propietarios de nuestra deuda pública; y a la gente, en general, no parece importarle demasiado (y como ejemplo tenemos el gran premio de Formula1 disputado ayer cerca de Shangai). Con estas, después de reunirse con ellos nos explica que van a salvar a nuestras Cajas y se congratula de su gran éxito. Cuando a los chinos les llegan las declaraciones hacen lo que mejor saben hacer: "censuran" las declaraciones de Zapatero y dicen que de salvar las Cajas ya hablaremos, con lo que Zapatero, de nuevo sin el dinero de los chinos, va a una conferencia justo antes de volverse para España pedir que cumplan los derechos humanos.